viernes, 3 de junio de 2011

La Biodiversidad, base de la sostenibilidad ante el cambio global

La biodiversidad lo es todo. De la biodiversidad y de los servicios que proporcionan los ecosistemas dependen todos los organismos vivos, incluido, por supuesto, el ser humano. En los últimos años crece la conciencia de que la supervivencia de la civilización humana depende de que seamos capaces de detener las brutales tasas de extinción de especies y destrucción de ecosistemas a las que hemos llegado en la actualidad. Por ejemplo, a raíz del “Año Internacional de la Biodiversidad”, celebrado el año pasado, han surgido multitud de estudios que analizan esta cuestión desde el punto de vista económico, y ponen en relieve la dependencia de nuestra economía respecto de la biodiversidad.



El Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), analiza este crucial tema en su próximo informe temático, “Biodiversidad en España. Base de la sostenibilidad ante el cambio global”, que se presentará el próximo ocho de Junio. En una nota de prensa, el OSE ha precisado que el informe “considera la crisis como una oportunidad para cambiar el actual modelo de crecimiento, que puesto de manifiesto sus límites, y evolucionar hacia un modelo sostenible con el que España salga reforzada de la crisis.” El informe también pondrá de manifiesto los servicios que prestan los ecosistemas, como medicamentos, alimentos o combustibles.

En esa misma nota de prensa aparece el que será uno de los conceptos principales del informe: la ‘Economía de la Biodiversidad’, “un nuevo campo teórico-conceptual intrínsecamente vinculado a generar riqueza mediante un desarrollo sostenible”, y que esperan configurar a través del análisis de los costes y beneficios económicos asociados a la biodiversidad, “que sólo ahora empiezan a ser reconocidos por el sistema socioeconómico”.

Una de las cuestiones más difíciles de analizar a la hora de relacionar biodiversidad y economía es darle un precio a los servicios que prestan los ecosistemas. “Al no existir mercado para muchos de los productos y servicios que proveen los recursos naturales, es decir ni se compran, ni se venden, no se les otorga valor”, explica el OSE en la nota de prensa. Y sostienen que “es necesario analizar el valor económico de la biodiversidad desde un punto de vista alejado del valor financiero del corto plazo coste-beneficio y hacerlo rescatando los valores no asociados al mercado, cuantificados a través de la funciones que proveen los ecosistemas.” “No tiene sentido preguntarse cuál es el valor de la atmósfera, su valor es infinito”, concluyen.

Aún así, algunos estudios a nivel internacional sí que se atreven a arrojar cifras. Por ejemplo, ayer mismo el Gobierno Británico publicó un informe que cuantificaba el valor de cuidar de los ecosistemas británicos en 30.000 millones de libras al año, convirtiéndose en el primer gobierno que pone precio a su medio ambiente. “Sin el medio ambiente estaríamos todos muertos, así que el valor total es infinito”, señaló uno de los principales autores del informe a la BBC.

Muchos conservacionistas recelan de estos informes, y no les faltan motivos, ya que ponerle un precio a la naturaleza puede ser bastante peligroso. Uno de los articulistas del diario británico The Guardian, el periodista ambiental Nicholas Milton, criticó ayer el estudio que ha publicado su Gobierno recordando la famosa cita de Oscar Wilde: “conocen el precio de todo pero el valor de nada”. Desde luego, no es una cuestión sencilla, pues como recuerda el OSE, en el mundo actual cuando a las cosas no se les pone un precio, no se las valora. 

Esperemos que informes como el del Observatorio de la Sostenibilidad ayuden a extender la visión de que la biodiversidad no tiene precio, y sobre todo, que pongan en su sitio a la economía. Los mercados y la economía son sólo una parte del ecosistema global, no están por encima de todas las cosas; por supuesto, no están por encima de la naturaleza. 

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