miércoles, 6 de abril de 2011

No nos olvidemos del aire

La masa de aire sahariano que nos llega cargada de polvo del desierto, la calima, está disparando desde ayer día 5 los niveles de contaminación atmosférica por partículas en suspensión en Madrid. El área de Medio Ambiente informó de que "aunque este episodio no supone riesgo evidente para la salud (...) se recomienda a las personas con problemas respiratorios eviten realizar actividades que impliquen un esfuerzo físico al aire libre." La misma nota recomendaba, "con objeto de reducir los niveles de partículas en el aire", la utilización del transporte público. La gente hará el mismo caso de siempre, supongo.

Foto de Samuel Sánchez, EL PAÍS.


Según ha informado la periodista Elena G. Sevillano, la Conserjería de Medio Ambiente ha ampliado hasta mañana la recomendación del Ayuntamiento. No hay referencias a personas con problemas respiratorios, así que será mejor que todo el mundo se abstenga de ir a correr por un día.

El caso es que, aunque este es un episodio completamente natural, basta echar un vistazo a la Red de Vigilancia de la Calidad del Aire para comprobar que no sólo los niveles de partículas atmosféricas están por encima de lo normal. También el dióxido de nitrógeno, con el que el polvo sahariano no tiene nada que ver, supera los límites permitidos. La Asociación de Vecinos Nudo Sur alertó la semana pasada de que "vuelven los altos índices de contaminación", con niveles de dióxido de nitrógeno por encima del valor límite horario durante la noche del 1 de Abril (se registraron 209 µg/m3, cuando el valor límite anual es 40 µg/m3 y el límite horario 200 µg/m3).


No se oye nada por parte de los políticos municipales porque la situación no es tan preocupante como el mes pasado, cuando estalló la bomba de la polución en la agenda mediática y política. Además, esta vez contamos con el factor calima, del que no se puede culpar a Gallardón. Pero aunque los candidatos a la Alcaldía estén ahora peleándose por otra cosa, la vuelta de los altos niveles de contaminación demuestran que no nos podemos olvidar de este problema. Por eso aplaudo la iniciativa de Equo de presentar una petición en el Parlamento Europeo para que se investigue la contaminación en Madrid y la posible infracción de la Directiva 2008/50 / CE por parte de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de Madrid. Es de agradecer que, aunque el tema esté fuera de los focos, sigan acordándose del aire que respiramos todos los madrileños. 


Hay que dejarlo claro de nuevo: mientras no se acabe con el problema de fondo, el uso excesivo del coche, tendremos que resignarnos a respirar aire nocivo durante casi todo el año. ¿Quién se atreverá con ello?

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