Recuperando el bosque mediterráneo de las Tablas de Daimiel

Hacía bastante tiempo que tenía ganas de visitar las Tablas de Daimiel para contemplar con mis propios ojos la “milagrosa” recuperación del Parque Nacional. Este fin de semana he tenido por fin la oportunidad de hacerlo, participando en una de las actividades que organiza WWF España en el marco del Programa de Voluntariado del Organismo Autónomo de Parques Nacionales (OAPN). Este Programa de Voluntariado tiene como objetivo contribuir a la concienciación ambiental de la sociedad a través de diversos proyectos y actividades que se realizan en espacios de la Red de Parques Nacionales y en fincas adscritas al OAPN. Además, el voluntariado ambiental tiene una importancia muy grande, pues busca que la sociedad se implique y participe activamente en la conservación de la naturaleza. Si llevas a la gente a trabajar a un espacio natural, lo sentirán como suyo con una gran intensidad, y del mismo modo, lucharán por él con mayor fuerza.

La espesa niebla nos acompañó durante casi todo el fin de semana. (Gracias a Belén por las fotos)

La actividad en la que he participado, organizada por WWF, consistía en la reforestación de una parcela cercana al Centro de Visitantes del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel: una manera estupenda de dar la bienvenida al Año Internacional de los Bosques, ¿no os parece? El grupo de doce voluntarios pasamos el fin de semana dándole duro a la azada (aún me duran las agujetas), y también hicimos una visita guiada por el Parque y pudimos conocer el Molino de Molemocho. Una experiencia fantástica –que sin duda repetiré- y que recomiendo a cualquier persona amante de la naturaleza. Podéis visitar la página de WWF España para estar informados sobre las próximas convocatorias del Programa, que la organización realiza, además de en Daimiel, en Quintos de Mora (Montes de Toledo), el Parque Nacional de Cabañeros y los Montes de Lugar Nuevo (en Jaén). SEO/Birdlife también participa en el programa de voluntariado del OAPN, con campos y grupos de trabajo en casi todos los Parques Nacionales. 

Este proyecto de las Tablas de Daimiel consiste en la recuperación de la vegetación autóctona que existía en los alrededores del Parque Nacional antes de que se cambiara el uso del suelo a la agricultura en los siglos XVIII y XIX. De este modo, nuestra labor consistió en plantar vegetación característica del bosque y sotobosque mediterráneo, tanto árboles (encinas) como arbustos (romero, retama, cornicabra…). En unos cuantos años, lo que hemos plantado este fin de semana formará un bello bosque mediterráneo, rico en biodiversidad. Personalmente, creo que no puede haber mejor recompensa que esa por un fin de semana de trabajo.

Nuestro trabajo era sencillo. El sábado, una vez llegamos a la parcela donde teníamos que plantar, se distribuyeron las herramientas, guantes y azada, y un “pack” de plantones para cada uno. El “pack” consistía en una mezcla de diversas plantas en la proporción idónea para tener altas posibilidades de supervivencia y formar un bosque rico en biodiversidad. En concreto, cada pack llevaba cinco plantones de árboles (cuatro encinas y una coscoja), y cinco de arbustos (dos retamas, un romero, una cornicabra, y un espino negro). Al final plantamos alrededor de 400, y no por falta de ganas o de tiempo, sino porque se nos acabó el espacio.

Las labores de repoblación del bosque autóctono en las que participamos forman parte del plan del Parque Nacional para cambiar los usos del suelo en su entorno con el objetivo de frenar la sobreexplotación del acuífero 23, que da vida a las Tablas de Daimiel. Lo que está haciendo el Parque es comprar fincas del entorno del parque y eliminar los cultivos de regadío, los principales culpables del estado precario en el que se encuentran las Tablas desde hace 30 años. Algunos de esos terrenos volverán a su antigua forma de sotobosque mediterráneo, y otros cambiaran su uso a la tradicional agricultura de secano. Este plan tendrá dos resultados fundamentales, ya que el entorno del Parque recuperará su paisaje tradicional y a la vez se reducirá la sobreexplotación del acuífero.

El sábado por la tarde la niebla se portó bien con los sacrificados voluntarios de WWF, ya que levantó justo cuando empezamos la visita guiada por las Tablas. Un guía del Parque nos acompañó por la ruta de la Isla del Pan, y nos explicó que hacía mucho tiempo que las Tablas no estaban tan sanas como ahora. Lugares que hace menos de dos años estaban secos, ahora estaban inundados y bullían con una impresionante diversidad de avifauna. Viendo las Tablas de Daimiel ahora es muy difícil imaginarse como un lugar tan maravilloso podía estar ardiendo por dentro hace poco más de un año. El nivel freático ha pasado de -33 metros en 2009 a -14 metros en 2011, y si sigue lloviendo los Ojos del Guadiana podrían volver a manar este año, después de 27 años sin hacerlo. 

Es muy tentador afirmar que la recuperación de las Tablas de Daimiel ha sido “milagrosa”, aunque nuestro guía nos recordó que se debe por completo a las abundantes lluvias del año pasado, y que si el Plan Especial para el Alto Guadiana no tiene éxito, el nivel del acuífero 23 volverá a caer hasta los niveles de 2009. Esta semana trataré de escribir una entrada sobre este esperanzador Plan y sobre los problemas del agua que sufren las Tablas de Daimiel y la cuenca alta del Guadiana.

Mientras tanto, estos meses son un momento magnífico para visitar el Parque Nacional, aprovechando el excepcional estado en el que se encuentra. La mejor época para visitarlo acaba en Abril-Mayo, y estando a menos de dos horas de viaje de Madrid, no hay excusas para no acercarse a disfrutar de uno de nuestros más maravillosos tesoros naturales.